miércoles, 27 de octubre de 2010

la importancia de comer en familia

Comer en familia




Es importante comer en familia? Los nuevos estudios sobre el tema no dejan lugar a dudas. Según Kendrick, un terapista de familia: “Es la mejor vitamina diaria que los padres pueden dar a los hijos”. Implica intercambiar sobre la escuela, los amigos, el maestro, o hacerlo sobre los abuelos, los tíos y primos, las noticias del día. Hacerlo en igualdad, sin temores, ni vergüenzas, ni inhibiciones. Mejora la autoimagen, fortalece la autoestima, desarrolla el pensamiento crítico-creativo, moviliza la capacidad de participar, construye una identidad sana.

Practicarlo regularmente y sin teléfonos, blackberries, ni TV encendidos, está asociado después con conductas como evitar el embarazo adolescente, más altos puntajes en la escuela, menos desórdenes de comida en jóvenes.

Además un estudio mostró que los que comen con sus hijos, tienen un nivel de satisfacción de la vida más alto.

Esta es una de las múltiples expresiones del valor espiritual y afectivo, excepcional de la familia.

Por ello a pesar de las ideologías antifamilia, y de los esfuerzos que implica llevar adelante una familia, sigue siendo una institución de total vigencia. Una reciente investigación en Estados Unidos, muestra que el matrimonio es parte de la vida de la gran mayoría. Tomando los de 40 años, el 81% se ha casado por lo menos una vez. También las cifras indican que si bien hay un modesto descenso en los últimos 30 años, también lo hay en las cifras de divorcio.

La familia está en pie, pero sus posibilidades de tener y criar hijos y desarrollarse en economías tan turbulentas e individualistas están muy ligadas a que la sociedad lleve adelante políticas públicas protectoras. Un ejemplo interesante es la practicada en Francia desde hace años. Las familias francesas tienen dos bebés promedio frente a sólo 1.5 en la Unión Europea en su conjunto. El país invierte en la familia. El año pasado, gastó el 5.1% de su producto bruto, 135.000 millones de dólares en familia, cuidado de niños, y beneficios de maternidad. Entre ellos junto a las licencias pos parto de cuatro meses, aporta amplias ayudas familiares, deducciones fiscales por niño, descuentos para familias grandes en los trenes, hogares de cuidado gratuitos de buena calidad para los niños de 3 a 5 años a los que está asistiendo el 99% de ellos, y hasta tratamientos integrales de rehabilitación física para el periodo pos parto.

En América Latina, la familia tiene fuertes raíces culturales, y es valorizada por los jóvenes en las encuestas como la institución en que más creen, pero muchas familias se destruyen bajo los impactos de la pobreza, o crece la tasa de renuencia a formarlas por las incertidumbres económicas severas, el déficit de vivienda, y la falta de apoyos públicos.

Con algunos avances, hay mucho por hacer para que la política pública garantice a todos con apoyo de la sociedad, que establecer una familia constituya un derecho real y no sólo retórico.

Bernardo Kliksberg

El Universal

kliksberg@aol.com

viernes, 1 de octubre de 2010

Nuestro desgaste por tratar de hacer feliz a otra persona.......

Muchas veces nuestras relaciones se ven afectadas por la pena y la desdicha, una lucha constante para que las cosas funcionen entre los dos.


Para que una relación funcione ambos deben de poner de su parte y es frustrante cuando no sucede así, cuando pese a todos los esfuerzos la otra parte no hace nada. Sentir que sólo tú estás luchando por la relación supone un desgaste tanto físico como emocional.

Las relaciones se vuelven muy tormentosas para quien intentando salvar una relación no sólo no ve fruto sino que todo sigue igual o peor. Se hace muy difícil vivir junto a alguien del que no vemos respuesta y no pone nada de su parte por mejorar.

Es muy duro permanecer siempre callado en silencio por temor a que nuestra conversación no sea del agrado de la otra parte y esto a la larga te va produciendo una insatisfacción y un agobio que te va anulando como persona.
Si ya sólo el hecho de estar en pareja es algo complicado, cuánto más si le sumas que tu amor es una persona muy poca receptiva para recibir las cosas que tú le puedes brindar. Eso es algo que va aniquilando tanto a la persona que trata de salvar la relación como al otro que ve que no puede dar más de lo que está dando, es algo que produce unas emociones muy fuertes tanto de dolor como de decepción.

Antes de seguir con tal relación sería bueno que te plantees si merece la pena estar con esa persona, porque sientes que tu vida es cada día más triste y vacía.


No se puede cambiar a las personas, mucho menos cuando ya son adultos, por lo que te propongo:


1. Ser felices nosotros mismos y dejarle ser como sea; no se puede basar nuestra felicidad en lo que la otra persona te da. Debes ser feliz con lo que tú mismo te das, ser feliz contigo mismo.
2. No pretendas cambiarle, todas las personas tenemos nuestra forma de ser y pretender cambiar a alguien es ir contra la naturaleza, es demoledor y no se puede hacer. Si tu felicidad está pendiente de los cambios que ella llegue a realizar algún día nunca podrás ser feliz, eso es desesperante y agotador. No esperes que ella sea feliz para serlo tú, sé feliz hoy, ahora mismo, incluso con tu pareja siendo como es.
3. Intenta contagiarle tu felicidad. No estará garantizado, pero es mucho más fácil que tu pareja sea feliz contigo si tú mismo eres feliz, incluso con ella. Si durante mucho tiempo te has estado contagiando de su infelicidad, ahora intenta tú contagiarle la felicidad. Pero piensa que ante todo eres responsable de tu propia vida, como ella de la suya; debes ser feliz tú mismo y ojalá, con algo de suerte, algo se le pegue.
Intenta ser feliz tú mismo, abandona la idea de cambiar a tu pareja porque los adultos ya tenemos nuestras manías y personalidad formada. Dicen que nuestras manías se van haciendo más intensas con el paso de los años, por lo que realmente no es lógico que esperes a que ella cambie, posiblemente pasen otros diez años y todo siga igual o peor.

Aprovecha de reír, de dar mucha paz porque tú sientes que eres una persona muy dichosa, pero no olvides que porque tú seas así eso no quiere decir que la otra persona también deba serlo, cada persona es un mundo y tú debes respetar ese espacio.

Muchas veces nos cegamos a la realidad por el deseo de querer estar en compañía, para muchas personas el tener alguien a su lado es su prioridad; les asusta la soledad, el no tener a quien amar. Pero debes valorarte, quererte a ti mismo como persona que eres. Muchas veces por miedo a acabar solos acabamos fingiendo que nada pasa, intentando ignorar lo que día a día nos va matando por dentro y eso no es bueno para nadie. No se puede vivir así.

Hay que aprender a no ser dependiente de nadie, hay que saber que nosotros somos capaces de llegar lejos y solos, que no necesitamos un bastón, queremos un buen amor y una buena relación, pero ante todo tenemos que estar contentos nosotros mismos, porque pretender hacer feliz a otra persona que no quiere serlo es desgastador.

tomado del fb Mujeres de Valor

http://reflexionesdiarias.wordpress.com/